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miércoles, 19 de junio de 2019

Godzilla (Reseña)

Godzilla... ese mítico lagartito que en algunas series/películas parecía más malo que mandado a hacer y en otras llegabas al punto de querer adoptarlo de lo mono que era ¿Cuántos juegos de mesa hay en el mundo que lo usen como centro? Sinceramente no tengo ni idea (Aunque no creo que muchos... al menos no en Europa), pero hoy os voy a enseñar uno de ellos y mi primer juego en el que hace acto de presencia con claro protagonismo ¡Portaos bien!
Se trata de un juego que a buen seguro se vendió casi exclusivamente en grandes superficies y destinado a un público objetivo muy muy claro: Los niños. Pero... los que en 1998 éramos críos, hemos crecido y a algunos de nosotros aun nos siguen gustando y/o llamando la atención este tipo de juegos que rozan lo raro y peculiar. El juego al final es una mera carrera en la que en ocasiones el azar, otras un malvado oponente... nos destrocen los vehículos a manos del propio Godzilla. Sin embargo... yo os propongo una pequeña variante: Si, vamos a hacer una carrera en la ciudad por ver quién sale antes de ella, pero ojo... si zilla zilla logra destruirla antes de que salgamos... nos quedaremos atrapados entre sus escombros y por tanto habremos perdido.

-Contenido:

Este juego llega en una caja (45,9 x 25.5 x 7,7 cm) grandota:
  • 1 Tablero (45 x 49 cm)
  • 12 Cartas
  • 8 Botes de plastilina (Rojo, azul, verde y amarillo)
  • 2 Dados
  • 9 Edificios
  • Un reglamento 
-Unboxing:

"¡Algo grande está sucediendo en la gran manzana! Godzilla está corriendo por las calles de Nueva York en busca de su almuerzo. Esquiva los edificios derribados y la garra del monstruo para evitar ser aplastado y logra escapar de la ciudad."


-Tutorial:

Una vez generada la ciudad, colocados los dos vehículos de cada jugador en la casilla de inicio podemos elegir al jugador inicial. El ganador será el primer jugador que logre alcanzar la meta con 2 de sus vehículos (Es importante tener en cuenta que pase lo que pase, los jugadores siempre deben tener en juego 2 vehículos). La partida termina de forma opcional si todos los edificios han sido destruidos (Si esto ocurre antes de que alguien logre finalizar el recorrido con sus dos vehículos, todos habrán perdido).
Las rondas siempre consiste en lanzar los dos dados y resolver dos acciones dependiendo de lo que haya salido en ambos dados:
  • Número (Sólo se puede asignar una cara de dado con número por vehículo): El vehículo avanzará esas casillas teniendo en cuenta que las casillas ocupadas por otros vehículos (Propios o de otros jugadores) y por vehículos aplastados, no se cuentan.
  • Figura de Gozdilla (Si sale en los dos dados, tendrá que resolverse 2 veces esta acción: Se debe robar una de las cartas del mazo de Godzilla. Si la cartas es de un color, TODOS los vehículos de dicho color deben ser aplastados por Godzilla (Incluso cuando ese color nos pertenezca). Si la carta es de 4 colores, elegimos uno y TODOS los vehículos de dicho color serán destruidos. Si sale un edificio, Godzilla destroza un edificio y todos los vehículos adyacentes al mismo son destruidos con él.


-Opinión:

Volvemos a estar ante un juego de los noventa y de la conocida marca Milton Bradley en colaboración con Play-Doh!. Los materiales del tablero me daban un poco de miedillo porque en fotos no me convencía un pelo, pero son más que correctos: Buen cartón y se limpia bien la plastilina. Hablando sobre la misma decir que aunque inicialmente estaba modo roca (Recordemos que muy posiblemente esa plastilina llevase ahí desde al menos 1998), finalmente se ha recuperado bien. Las cartas son quizás de lo más criticable en cuestión de componentes. Es cierto que incluye unos dados con pegatinas y unos edificios un tanto finos, pero si se recuerdan otros juegos de la época podremos estar tranquilos sobre el hecho de que ambas cosas funcionaron bien: Cara a los edificios puedo aseguraros que el cartón del Hotel era similar en grosor (Y los tengo en muy buen estado pese al tute que le di en su día) y los dados con pegatinas del Lionheart nunca me han dado problemas.

En cuanto al juego... es un juego de críos y no podemos esperar gran cosa de él. El resumen es que estamos ante una loca carrera con un mínimo poder de elección (A qué coche aplicamos el dado de número y a qué jugador fastidiaremos si nos sale la carta de elegir) y en dónde no hay casilla segura cara a protegerse del mítico lagarto. Entonces... ¿Lo describimos ya como bazofia? Bueno eso depende de vosotros  y del momento. Hay veces y grupos con los que este tipo de juegos funcionan realmente bien cara a echarse unas risas mientras vemos cómo el coche del contrario queda cual chicle aplastado contra la carretera. Si buscáis otra cosa entonces este no es vuestro juego. 

En resumen: Un juego que se respira muy noventero, sencillo y plano hasta decir basta que puede sacarnos unas risas si lo echamos a mesa sin aspiraciones de algo más.


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