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miércoles, 20 de marzo de 2019

Dominó (Reseña)


Hoy os vengo con otro de esos juegos que me enseñó/legó mi abuelo cuando era pequeño. No jugábamos mucho, pero la verdad es que cuando veía mesa me gustaba. Un juego sencillito de sacar, jugar y guardar. Un juego de esos que piden partida detrás de partida por el mero echo de que siempre sientes que puedes superarte y que a lo mejor no ganaste por no haber soltado ESA ficha en ESE momento.
Ignoro de cuándo es y lo cierto es que tampoco me importa mucho. Tampoco sé quién lo creó y es otro punto que nunca me ha importado un pimiento sobre los juegos de mesa ¿Por qué? Básicamente por el hecho de que siempre he pensado que el que un autor haga uno, dos, tres,... juegos que puedan gustarnos, no implica que el resto de los que saque te vayan a gustar por igual. Del mismo modo, ser fan de determinados autores muchas veces hace que no mires lo que saca otra gente del mundillo porque buena parte de tu mente anda ocupada con esos que ya te gustan... y bueno quizás también sea simplemente la educación de mi infancia: Ningún juego decía quién lo había creado, ilustrado, etc. Lo único que importaba era ¿Te diviertes con él?

-Contenido:

Lo bueno y malo de estos juegos que realmente son clásicos, es que no dependen de nadie. Todas las editoriales podrían sacar su propio dominó y sería igualmente legal. En mi caso para las fotos he usado un dominó que me regalaron de los chinos y que no se puede usar porque tiene las fichas marcadas, y para el vídeo usé uno de una caja de juegos algo más pro xd:
  • 28 Fichas de dominó
  • 1 Hoja de reglas (Si tienes suerte)
-Unboxing/Tutorial:

Hoy os pienso enseñar la forma en la que mi abuelo me enseñó a jugar a este juego. Sin embargo es como el Parchís: Salvo que vayáis a torneos, cada uno lo juega en su casa a su manera. Lo primero es mezclar todas las fichas boca abajo y ponerlas juntas en el centro de la mesa. Cada jugador coge un número estipulado de ellas (Pongamos 5, aunque si sois más jugadores tendréis que coger menos para que el montón de robo pueda seguir existiendo) y las pone de forma que los demás no puedan verlas.

Comienza el jugador que tenga el doble 6, si no lo tiene nadie, será el doble 5 y así. En el caso de que nadie tenga una ficha capicúa, "oficialmente" se irán cogiendo fichas hasta que uno de los jugadores pueda poner y entonces empieza realmente el juego; sin embargo a mi me parece más justo que todos los jugadores roben 1 ficha al mismo tiempo hasta que uno de ellos pueda poner.

El objetivo es quedarse sin fichas. Para ello solo hay que saber tres cosas:
  • Si sacas una ficha doble, podrás sacar una segunda ficha (Depende de en casa de quien, yo por ejemplo no jugaba así. Poner un doble valía tanto como poner cualquier otra cosa. Es cierto que los dobles pueden ser más complicados de poner, pero me parece darle una ventaja excesiva al jugador que haya tenido la suerte de que le toque una de esas fichas).
  • Toda ficha colocada debe encajar con el número que le precede de forma que si era un 5, se pondrá a su lado el extremo con el mismo número. Caso de que tu ficha no tenga dicho número... ¡No puedes ponerla ahí!
  • Si no tienes para colocar, tendrás que robar 1 y pasar el turno al siguiente jugador.


    -Opinión:

    Es difícil hablar de los materiales de un juego sin especificar editorial porque cada fabricante lo hará de mil maneras distintas. En general los dominó que conozco suelen estar bien porque las fichas son de plástico, madera,... pero jamás cartón. Con lo cual resultan bastante resistentes. Eso si, este es un juego en el que sabremos de un vistazo si tenemos un producto de calidad en la mano o no. La razón es que los buenos tienen la cara de los números blanca y la trasera negra (Intuyo que para facilitar visualmente el ponerlas todas boca abajo evitando confusiones con el doble "0"), también cuentan con un clavo central que parece ser que es de latón y fue ideado para mezclar mejor las ficha: He mezclado dominós con y sin ese elemento y efectivamente se mezclan mejor los que si que lo tienen, aunque también se voltean las fichas con más facilidad.

    Como juego estamos ante un bicho muy sencillote de sacar a mesa, explicar, jugar y guardar que puede darnos horas de piques porque queramos probar distintas estrategias. Aun así para mi gusto tiene dos pegas. Una es que es un juego en el que si se os da bien contear y hacer uso de ese conocimiento, tenéis buena parte de la partida hecha. La otra es que a mi no me parece un juego visualmente llamativo (Al menos con respecto al 99% que tengo en mi colección) y eso hace que casi nunca lo saque, pero es indiscutible que cuando sale a mesa, lo disfruto.

    ¿Para qué ocasiones lo veo ideal? A día de hoy como os digo nuestras mesas han evolucionado quizás demasiado para este tipo de juegos, pero hay un ámbito que las ludotecas modernas no han logrado conquistar aun más allá del típico uso de las cartas ¿Cuál? La calle: Playas, piscinas, días de senderismo/río... en esos ambientes este juego puede ser el rey.


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